La industria informática es la única que se mueve por la moda más que la ropa de señora
(Larry Ellison)
En 1936 nació la informática. Desde ese año, los cambios se han sucedido a una velocidad de vértigo. Cada cambio ha supuesto un nuevo enfoque radicalmente distinto al anterior tanto por parte de los usuarios y los técnicos. Hasta 1954 la informática se basaba en la electrónica y el lenguaje ensamblador, a partir de ese año y gracias al primer lenguaje de alto nivel llamado Fortran, la informática empezaría a estar disponible para muchos usos diferentes.
En 1958 se creó el “chip” (circuito integrado o microprocesador). Esto permitió que empresas como IBM, Apple y Commodore, entre otras, desarrollaran ordenadores personales, accesibles a las empresas y a los particulares.
En 1981, IBM lanzó una nueva gama de ordenadores, con precios competitivos, lo que supuso un acceso más fácil a la informática. En 1981, Microsoft lanzó el MS-DOS, un sistema operativo que cambiaría para siempre la interacción persona-computadora.
En 1983, Apple lanzó “Lisa”, el primer ordenador con interfaz gráfico de usuario, o GUI. En 1983, Microsoft lanzó la primera versión sobre MS-DOS de Windows. A partir de esa fecha, el acceso a la informática sería exponencial en número de usuarios.
En 1988 Microsoft se convirtió en la empresa de software más grande del mundo en volumen de ventas. En 1990 llegaría Windows 3.0, la base de la informática moderna.
A partir de 1995, con la llegada de Windows 95 y sus sucesores, la informática se convirtió en un aliado esencial en las oficinas y casas particulares
Desde la década de los 90, los ordenadores han sido esenciales para el desarrollo del trabajo diario. Los ficheros se almacenaban en local (disco duro) o en limitados discos de almacenamiento (3½” y 5¼”), ambos en soporte magnético.
La poca fiabilidad de estos medios y la necesidad de trasladar volúmenes mayores de datos fomentaron la creación en el año 2000, del pendrive o memoria USB. A partir de ese año, las velocidades de transferencia de datos y la capacidad de almacenamiento de los mismos, así como la fiabilidad de estos
nuevos soportes aumentaron exponencialmente.
Con la llegada de Windows llegaron las redes locales en las empresas. Por fin se podían compartir ficheros y tener un “servidor” en el que almacenar los datos.
La evolución de Windows 95 y especialmente 98, la venta de ordenadores portátiles se disparó. En el tercer trimestre de 2008, la venta de ordenadores portátiles superó a la de equipos de escritorio.
La proliferación de ordenadores portátiles y la necesidad de acceder ya no solo a los archivos, sino incluso a los programas (gestión, Crm, contabilidad, etc), así como la mejora en las comunicaciones (ADSL, VDSL, fibra óptica, 3G/4G, Wimax) provocó un importante auge en las conexiones de usuarios remotos a las oficinas. Conceptos como VPN (redes privadas virtuales), escritorio remoto o Terminal Server y Citrix revolucionaron la informática y la movilidad de los usuarios.
En el 2000 Drew Huston (fundador de Dropbox), se olvidó su PenDrive USB y se quemó el disco duro de uno de sus ordenadores, perdiendo todos los datos. La necesidad de trabajar con ficheros en su ordenador de la oficina y su portátil totalmente sincronizados provocó que en 2007 desarrollara Dropbox, el primer “disco duro” en Cloud del mundo.
La gran revolución que supuso Dropbox provocó que muchas empresas que lideraban la informática empezaran a crear su propia estrategia Cloud. En 2011, Apple lanzó iCloud, Google lanzó en 2012 Google Drive y Microsoft lanza OneDrive en 2014. El tradicional servidor de archivos de la empresa (file server) ya podría estar en la nube. Por otro lado, algunas empresas vieron en el Cloud el futuro. En 1999 Salesforce.com lanzó su plataforma de aplicaciones por web, sin necesidad de servidores ni técnicos de sistemas.
Otras empresas como WeTransfer, WhatsApp, LinkedIn, Twitter o Facebook empezarían a ofrecer servicios totalmente disruptivos respecto a lo conocido hasta la fecha. Nuestra forma de comunicarnos, nuestra forma de vivir y nuestra forma de acceder y consumir la información ya no sería la misma.
En 2002 Amazon lanzó Amazon Web Services, la primera plataforma de servicios Cloud del mundo. Con un amplio portfolio de servicios, inició una nueva era digital que cruzaría las barreras físicas de la oficina tradicional.
En 2006, Amazon lanzó los EC2 (Elastic Compute Cloud), con el que las empresas alquilaban equipos virtuales para ejecutar sus propias aplicaciones en Cloud.
En 2006 Google lanza Google Docs, como antesala del Google Apps (2009), la suite de aplicaciones Web Cloud puras en multidispositivo. A partir de esa fecha, ya no solo almacenábamos en Cloud, a partir de ese momento íbamos a trabajar con el propio Cloud.
En 2010, y tras mucha confusión en el concepto y los servicios Cloud, se definen las capas de servicio Cloud en el mundo: Infraestructura (LaaS), Plataforma (PaaS), Software (SaaS) y Redes (NaaS).
Desde 2013, el Cloud ha ido creciendo de forma constante y progresiva. Para ese año, el 56% ya contaba con algún servicio en la Nube.
Desde 2013 hasta 2019, las empresas han ido de forma paulatina migrando parte de sus servicios al Cloud, aunque todavía quedaba mucho por hacer.
La tecnología móvil está cambiando la forma como nos comunicamos con los demás desde hace años. WhatsApp, OneDrive, Dropbox, iCloud, Facebook, Twitter, Tik Tok y tantos otros han hecho que nuestra vida gire en torno al mundo digital.
La llegada del 5G supone una gran revolución en las comunicaciones móviles. Con una capacidad de descarga de hasta 20 Gb/segundo (133 veces superior a 4G, 35 veces superior a fibra óptica de 600Mb y 20 veces superior a una red cableada), una latencia (lag) de entre 1 y 5 milisegundos (20 veces inferior a
4G, 3 veces inferior a fibra óptica y 80 veces inferior a una red cableada) y una capacidad de hasta 1 millón de dispositivos (100 veces superior a 4G), el 5G ofrecerá una conexión superior al cable, al WiFi y a las redes tradicionales.
La mejora de las comunicaciones en movilidad permitirá un nuevo concepto de teletrabajo mucho más avanzado que incluirá repositorio de documentos, software, mensajería instantánea, comunicaciones, realidad virtual, multivideo-conferencias, hologramas, inteligencia artificial, machine learning, IoT, y
mucho más por descubrir.
2020: EL COVID Y EL TELETRABAJO
“El teletrabajo es la forma de trabajo que se realiza en una ubicación alejada de una oficina central o instalaciones de producción, separando al trabajador del contacto personal con colegas de trabajo que estén en esa oficina. Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs) hacen posible
esta separación facilitando la comunicación.” (Organización Internacional del Trabajo, OIT)
En 2020 el mundo gira de forma inesperada. Cambia absolutamente todo en pocos meses, la forma de relacionarlos, de generar y consumir información, de almacenar nuestros datos y de trabajar.
El confinamiento domiciliario en los países occidentales provocó que las empresas se adaptaran de forma inesperada e imprevista a lo que muchas consultoras vendían como Cloud.
La poca flexibilidad de los programas de gestión (ERP y finanzas), así como la atadura a Windows y a las estructuras de software obsoletas tipo ClienteServidor, provoca que las empresas tengan que afrontar la migración forzada, abrupta y desorganizada, al Cloud. Sin ninguna previsión, proyecto previo ni con tiempo para asumir una transformación bien definida y contrastada, muchas empresas han “asumido” lo que sus informáticos de toda la vida decidieran.
Se “vestía” como teletrabajo, pero la solución ofrecida por la mayoría de las consultoras y empresas de informática y adoptadas por la mayoría de las PYMES fue simple: VPN (en los mejores casos), servidor Cloud PaaS y acceso por escritorio remoto. Con estas decisiones, las empresas creaban unos entornos híbridos, con centros de datos segmentados y con servicios no escalados al Cloud.
Además, este cambio provocó grandes problemas de seguridad, rendimiento, pérdida de funcionalidad y elevados costes en CAPEX y OPEX. Sin embargo, fue un acelerador sin precedentes de las empresas, al Cloud.
El confinamiento, el miedo social y el riesgo a contagiarse, cambió la manera de comprar tradicional. En pocos días, las plataformas eCommerce de los grandes supermercados se saturaban, Amazon disparaba sus ventas y los operadores logísticos no podían asumir tanto pedido a enviar.
Las empresas con venta tradicional (tienda, restaurantes, etc), decidían poner en marcha proyectos de comercio electrónico (eCommerce) de forma apresurada y sin experiencia ni conocimiento previos. Se incrementaba exponencialmente los proyectos eCommerce, algunos con mucho éxito, otros sin ninguno. Los merchants aceleraban su publicación en Amazon y en otros marketplaces sin estar preparados, ni cumplir los requerimientos que garantizan el éxito.
Las empresas que puedan sobrevivir al impacto del Covid verán cómo la falta de estrategia digital, de conocimiento de las herramientas y plataformas, la necesidad de integración con canales de venta y difusión, acompañado de una buena estrategia de marketing, retargeting y marketing automation son clave para tener buenos resultados en la venta online.
Muchas son las empresas (grandes y pequeñas) que están abandonando las oficinas tradicionales y adoptan la tecnología en remoto como el medio para comunicarse con sus Clientes.
El concepto de ir a la oficina o tomar un café ha cambiado completamente. Ya ha dejado de ser extraño tener reuniones importantes con Clientes y Proveedores desde nuestra casa, escuchando el niño llorar de fondo o haciendo una breve parada porque nos llega un pedido de Amazon.
El Cloud aporta herramientas que permiten trabajar de la misma forma que tradicionalmente hemos trabajado en la oficina: accediendo a ficheros compartidos, al software ERP o CRM de la empresa, al correo electrónico, a nuestra extensión telefónica o incluso a nuestro escritorio virtual. Por otro lado el acceso tan plural y disperso, desde múltiples ubicaciones cambiantes y desde dispositivos distintos, requiere de plataformas mucho más seguras, flexibles, ágiles y amigables, sin perder nada de velocidad, eficiencia y acierto.
Internet de las Cosas (IoT) ya es una realidad, que se irá expandiendo en cada recodo de nuestra vida. Cambiará nuestras costumbres, nuestra forma de trabajar y nuestra forma de comunicarnos. Será todo mucho más rápido e inmediato, lo que obligará a automatizar todo lo automatizable, para seguir siendo competitivos y rentables. Forrester estima que en los próximos años aumentará un 80% las estrategias de retorno al trabajo que incluirán aplicaciones IoT, orientadas a mejorar la seguridad y la eficiencia de los recursos.
En el evento Inspire, Microsoft presenta Windows 365 y el concepto de Cloud como la plataforma global de servicios y herramientas actual para las empresas.
La conexión Windows 365, Microsoft 365 (evolución de Office 365), la suite de aplicaciones Dynamics 365 y los servicios Azure convierten a por primera vez a Microsoft como líder indiscutible en soluciones Cloud para el mercado empresarial.
Los negocios tradicionales que no se digitalicen no sobrevivirán. La lucha del Low Cost ha tocado fondo. La única manera de seguir abiertos será generando una mejor experiencia de Cliente. De la misma manera que la comida en un restaurante nos aporta una presentación exquisita de los platos, la calidez del lugar, el trato amable de un camarero y la comodidad de que nos sirvan; las tiendas tradicionales deberán buscar maneras de hacer de la compra, una experiencia única, que justifique desplazarse y asumir un coste mayor.
La experiencia de comprar se adaptará integrando omnicanalidad, realidad virtual (probadores virtuales), sistemas de fidelización muy dinámicos y globales, experiencias sensoriales (olfato, vista, oído), entre muchos otros.
La geolocalización, la ubicación en interiores, compartir datos no privados masivamente entre empresas y estrategias innovadoras de marketing pueden hacer que siga siendo atractivo ir a comprar.
El Cloud ya es una realidad en el mercado empresarial. Es muy extraño encontrar empresas que todavía instalen software en servidores propios, o que contraten servidores Cloud para desplegar soluciones obsoletas tipo ClienteServidor.
Los servicios Cloud gestionados (SaaS), incluyen todas las herramientas de software que cualquier empresa necesita, además de una extraordinaria capa de integración profunda (Deep Integration) por API, con cualquier herramienta de terceros, a tiempo real y con lenguaje universal.
Se acaban los técnicos informáticos que arreglan ordenadores, los ingenieros de sistemas que instalan y mantienen complejos centros de datos privados, la contratación de antivirus o sistemas de backup tradicionales.
Quedaron atrás la compra de servidores, complejas redes de comunicaciones, VPN’s entre sedes, los servicios de mantenimiento informático, los servicios de seguridad informática, etc.
La llegada del 5G y el Cloud, hace que las herramientas digitales ya estén completamente accesibles a cualquier empresa. La eliminación completa de los costes de compra de hardware (CAPEX) y servicios de instalación, configuración y mantenimiento (OPEX) reducen drásticamente la inversión en tecnología. Las licencias de software desaparecen en el Cloud, y el coste de los servicios se reduce drásticamente.
Las empresas de informática y consultoras (grandes o pequeñas) que no sepan replantear y reorientar su modelo de negocio, desaparecerán en pocos años. Solo las consultoras digitales que sepan comprender y aplicar de forma eficaz las herramientas Cloud en las empresas, tendrán cabida en este mundo tan complejo en el que estamos compitiendo todos, Clientes y Proveedores
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